jueves, 6 de octubre de 2011

EL ARTE QUE SE RESPIRA EN LOS BARES


Ayer caminando por mi pequeña ciudad buscando precios para un micro-emprendimiento que estamos ideando con mi novia. Al pasar por un bar me encuentro que a la noche iba haber un ciclo de Jazz, así que cuando me encuentro con ella en su trabajo y me invita a comer algo por ahí, le comento esto que había visto y lo que terminamos decidiendo ir.

Al llegar en el lugar estaban solamente los cuatro dueños, nos sentamos y luego de pasear nuestros ojos por el menú, decidimos que íbamos a comer. A los pocos minutos de hacer nuestro pedido, llegaron unos músicos cargando sus instrumentos, al poco tiempo llegaron otros, otros y así el lugar se fue llenando.

Para terminar entre músicos, amigos de ellos y personas que habían ido como nosotros a disfrutar un poco de buena música.

Lo que les quiero contar en base a este corto relato, es que hace dos meses atrás este mismo lugar se encontraba abierto, pero sus dueños de entonces lo habían dejado caer, al pasar por la puerta solo se los podía ver a ellos, porque la gente ya no iba. Pero desde ese tiempo ha hoy, dos muchas y dos chicas tomaron las riendas de este lugar lo renovaron cambiándole la imagen, dándole más color y vida con eventos como el de anoche. Además es muy importante rescatar la buena onda que estos le ponen al emprendimiento como así también el gesto noble de darle la posibilidad a músicos de la ciudad que puedan mostrar lo que hacen, por que el cartel que vi pegado en la puerta rezaba lo siguiente.

 “Miércoles 21.30 Ciclo de Jazz VENI CON TU INSTRUMENTO Y PARTICIPA”

En fin pasamos un noche como nunca entre buena compañía, comida y música, porque realmente hay tanto talento oculto que solo en este tipo de lugares se puede dar a conocer y felicitaciones a los dueños por la buena onda que le brindan a sus comensales.


1 comentario:

  1. Entre el marasmo "posmodernista de megalomanía y materialidad" de pronto nos topamos con estas generosas propuestas en el comercio, disfrute para todos, oportunidad para todos; como bien dices, un emprendimiento al que, de corazón, deseo larga vida.
    Un abrazo.

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